¿Qué pasa si no puedo pagar mi hipoteca?
No pagar una cuota de la hipoteca es tratada por cada entidad de forma distinta, aunque lo habitual es que sea la propia sucursal quien, durante las primeras semanas, se ponga en contacto con el cliente para conocer los motivos del impago y recordarle, amablemente, que debe pagar las cuotas de la hipoteca.
Si esta situación se prolonga por mas tiempo, los avisos de impago se vuelven más duros, y se comienzan a devengar intereses de demora y las comisiones fijadas en la escritura de otorgamiento del préstamo hipotecario, que pueden estar alrededor de un 5%.
Si, aun así, en un plazo aproximado de tres meses no afrontamos la deuda pendiente con el banco, las entidades bancarias intensifican sus contactos con el primer objetivo de conseguir el pago de las cantidades adeudadas o en su defecto, plantear un nuevo plan de pagos,como la posibilidad de realizar una nueva hipoteca que se ajuste a las necesidades de los clientes.
Si pasan unos 6 meses y sin llegar a un acuerdo es cuando las entidades acuden a la vía judicial, presentando una demanda por impago que, una vez aceptada, da lugar al embargo de la vivienda o, en su defecto, de los bienes presentados como aval,si lo hubiese.
Aún no está todo perdido, y el cliente puede todavía presentar un acuerdo de pago que detenga el proceso judicial e impida la subasta de sus bienes. Si esta llega a producirse, la entidad bancaria obtendrá de dicha subasta el pago de la deuda incluídos intereses de demora, comisiones y costas judiciales, si sobrase algo, iría a manos del titular.
Si no se logra un acuerdo entre cliente y banco, la propiedad se embarga y entra a remate. Este proceso puede llevar a durar hasta 24 meses, periodo en que el deudor tiene la gracia de poder vivir en la casa. La propiedad puede o no ser adjudicada a un postor. De no serlo, pasa a ser propiedad del banco.