Los tipos de interés tan bajos, hacian que los ciudadanos perdiesen el sentido del riesgo e inversión, con lo que, al tener que pagar pocos intereses, se animaban en seguida a endeudarse.
Suben los tipos de interés y los hipotecados empiezan a ver las dificultades de poder hacer frente a sus pagos. Sigue sunbiendo el tipo de interés y los hipotecados comienzan a dejar de pagar, y por lo tanto, las entidades financieras comienzan a tener que embargar, y se dan cuenta de que lo que embargan no cubre las deudas que tienen contraidas, además de que si el cliente no pagam, ellas no tienen dinero para devolvérselo a quien se lo había prestado.
Consecuencia de ello: falta de liquidez en las entidades financieras, elevación de la tasa de morosidad, necesidades de financiación, cierre del mercado interbancario.